En un bowl, mezclá la avena, el huevo, el azúcar, el polvo de hornear y la vainilla.
Agregá las frutillas escurridas (podés trocear algunas para que se integren mejor).
Volcá la mezcla en una fuente enmantecada.
Horneá a 180 °C por 25-30 minutos, hasta que esté firme y dorado.